Bienvenidos todos:
Con una nueva actitud en mi vida, esta se me hace mas liviana. El espacio creado entre letras es para hacer lo mejor que se hacer y es: Gritarle al mundo, en mi modo particular y de la única forma que se. Esta es mi única vida y oportunidad de disfrutar cada momento. Lo mejor es que no me siento solo, tengo grandes amigos que me acompañan cada segundo sintiendo en una comunidad en cada momento. Ademas que hay personas ( a las que admiro) que viven su pasión, la trasmiten y me contagian.
Tratare de ahora en adelante que las entradas de la novela sean mas largas para poder avanzar en la trama. Se esta preparando también una gran teoría para la siguiente entrada. Sin mas le dejo la historia:
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La pareja busco y busco, sin
descansar o comer, preguntaron una y otra vez sin obtener respuestas claras.
Para la mitad del recreo no habían obtenido nada a pesar de todo su esfuerzo. En ese punto Andrés se sentó a descansar:
-No hay nada, es como si se desvaneció en el
aire. ¿Cómo algo tan distintivo puede pasar desapercibido?-dijo al sentarse.
-Tengo una sospecha que el que se
esconde no es el peluche, si no la persona que lo tiene. ¿Hay algún patio que
este vació en los recreos?-pregunto ella
-Por supuesto el de atrás.
Recuerdas la tarde que quisimos pasar juntos cuando mi práctica se cancelo. Te lleve a los juegos de atrás, ese lugar es
solitario incluso a esta hora. La mayoría de las personas no va ahí porque toma
muchos tiempo solo llegar. Si nos apuramos aun podemos alcanzar a llegar.
-Vamos sin perder el tiempo.
Los dos se pararon. Con ella
guiando se dirigieron a través de las personas y de los distintos patios. Al llegar
tomaron un poco de aire y buscaron con la mirada. Gina al instante vio una pata
sobresalir debajo de un resbalín que era innegablemente de un peluche. Se
acercaron con cautela, tratando de no hacer ruido.
Estaba oscuro y sus ojos tardaron unos segundos en acostumbrarse. Lo que vieron fue una escena de un picnic improvisado debajo de las tablas del resbalin. El Kiwi estaba sentado encima de lo que parecí una manta pequeña color azul, con una taza de te de plástico enfrente. Su único acompañante era una niña pequeña de unos 11 años que estaba con el otro par de la taza de té.
Estaba oscuro y sus ojos tardaron unos segundos en acostumbrarse. Lo que vieron fue una escena de un picnic improvisado debajo de las tablas del resbalin. El Kiwi estaba sentado encima de lo que parecí una manta pequeña color azul, con una taza de te de plástico enfrente. Su único acompañante era una niña pequeña de unos 11 años que estaba con el otro par de la taza de té.
Al verlos la niña puso una cara
de terror absoluto que seria difícil olvidar durante una vida. Inesperadamente ella
se movió mas rápido de lo esperado agarro al Kiwi y trato de escapar. Por un
descuido no llego a ver a Gina y tuvo que detener su huida para refugiarse en el fondo del juego. Su
expresión paso de terror a asombro y finalmente poniéndose casi a llorar. Gina
pudo hablar después de su asombro momentáneo.
-Hola, soy Gina. No tienes porque
asustarte, no queremos hacerte daño.
La niña se calmo un poco, susurrando
algo apenas audible.-Lo siento, lo siento, lo siento, lo siento no era mi
intención. Lo siento, lo siento, lo siento.
Andrés entro un poco al pequeño
espacio y se sentó tranquilamente en la esquina contraria, le dio la mano a
Gina para invitarla a entrar, ella entro mas se mantuvo agachada.
-Yo soy Andrés y como dijo Gina
solo queremos acompañarte por un momento y si podemos hablar seria bueno, no te
haremos nada.- Dijo el con una sonrisa
La niña no respondió solo siguió susurrando
cada vez mas despacio que lo sentía.
Andres se dio cuenta que ella aun
estaba muy asustada. Gina recogió la manta con cuidado, la doblo
cuidadosamente, también recogió las tazas. Le pidió a Andres que le pase una
pequeña mochila que reconoció de esa mañana y la puso cerca de la pequeña. Ella, sin previo aviso, agarro sus cosas y salio corriendo, escabulléndose por una de
las varias aberturas del juego por donde solo ella entraba. Lo increíble era lo
firme que sostenía al peluche amarrillo.
-Supongo que con eso se resolvió
el misterio de quien se llevo a tu peluche. Aunque deja la interrogante de
quien es ella. Por lo pronto, se nota que lo saco de sus ataduras con la misma
determinación con la cual lo sostiene.
-Aun se la nota muy asustada,
supongo que tendremos que buscarla mañana y darle un poco tiempo. Quisiera poder
hablar un poco con ella, aunque sea para conocerla- Dijo Gina agarrándose su
sombrero mientras salio por debajo de juego.
-Claro que podemos hacerlo,
aunque ahora tenemos que correr querida. El timbre ya sonó hace un tiempo y
nuestra clase esta lejos.
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