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martes, 18 de agosto de 2015

La experiencia del colegio Pt.3

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Bienvenidos todos:
     Con una nueva actitud en mi vida, esta se me hace mas liviana. El espacio creado entre letras es para hacer lo mejor que se hacer y es: Gritarle al mundo, en mi modo particular y de la única forma que se. Esta es mi única vida y oportunidad de disfrutar cada momento. Lo mejor es que no me siento solo, tengo grandes amigos que me acompañan cada segundo sintiendo en una comunidad en cada momento. Ademas que hay personas ( a las que admiro) que viven su pasión, la trasmiten y me contagian.
     Tratare de ahora en adelante que las entradas de la novela sean mas largas para poder avanzar en la trama. Se esta preparando también una gran teoría para la siguiente entrada. Sin mas le dejo la historia:
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     La pareja busco y busco, sin descansar o comer, preguntaron una y otra vez sin obtener respuestas claras. Para la mitad del recreo no habían obtenido nada a pesar de todo su esfuerzo. En ese punto Andrés se sentó a descansar:
 -No hay nada, es como si se desvaneció en el aire. ¿Cómo algo tan distintivo puede pasar desapercibido?-dijo al sentarse.
-Tengo una sospecha que el que se esconde no es el peluche, si no la persona que lo tiene. ¿Hay algún patio que este vació en los recreos?-pregunto ella
-Por supuesto el de atrás. Recuerdas la tarde que quisimos pasar juntos cuando mi práctica se cancelo.  Te lleve a los juegos de atrás, ese lugar es solitario incluso a esta hora. La mayoría de las personas no va ahí porque toma muchos tiempo solo llegar. Si nos apuramos aun podemos alcanzar a llegar.
-Vamos sin perder el tiempo.
     Los dos se pararon. Con ella guiando se dirigieron a través de las personas y de los distintos patios. Al llegar tomaron un poco de aire y buscaron con la mirada. Gina al instante vio una pata sobresalir debajo de un resbalín que era innegablemente de un peluche. Se acercaron con cautela, tratando de no hacer ruido.
       Estaba oscuro  y sus ojos tardaron unos segundos en acostumbrarse. Lo que vieron fue una escena de un picnic improvisado debajo de las tablas del resbalin. El Kiwi estaba sentado encima de lo que parecí una manta pequeña color azul, con una taza de te de plástico enfrente. Su único acompañante era una niña pequeña de unos 11 años que estaba con el otro par de la taza de té. 
Al verlos la niña puso una cara de terror absoluto que seria difícil olvidar durante una vida. Inesperadamente ella se movió mas rápido de lo esperado agarro al Kiwi y trato de escapar. Por un descuido no llego a ver a Gina y tuvo que detener su huida  para refugiarse en el fondo del juego. Su expresión paso de terror a asombro y finalmente poniéndose casi a llorar. Gina pudo hablar  después de  su asombro momentáneo.
-Hola, soy Gina. No tienes porque asustarte, no queremos hacerte daño.
La niña se calmo un poco, susurrando algo apenas audible.-Lo siento, lo siento, lo siento, lo siento no era mi intención. Lo siento, lo siento, lo siento.
Andrés entro un poco al pequeño espacio y se sentó tranquilamente en la esquina contraria, le dio la mano a Gina para invitarla a entrar, ella entro mas se mantuvo agachada.
-Yo soy Andrés y como dijo Gina solo queremos acompañarte por un momento y si podemos hablar seria bueno, no te haremos nada.- Dijo el con una sonrisa
     La niña no respondió solo siguió susurrando cada vez mas despacio que lo sentía.
Andres se dio cuenta que ella aun estaba muy asustada. Gina recogió la manta con cuidado, la doblo cuidadosamente, también recogió las tazas. Le pidió a Andres que le pase una pequeña mochila que reconoció de esa mañana y la puso cerca de la pequeña. Ella, sin previo aviso, agarro sus cosas y salio corriendo, escabulléndose por una de las varias aberturas del juego por donde solo ella entraba. Lo increíble era lo firme que sostenía al peluche amarrillo.
-Supongo que con eso se resolvió el misterio de quien se llevo a tu peluche. Aunque deja la interrogante de quien es ella. Por lo pronto, se nota que lo saco de sus ataduras con la misma determinación con la cual lo sostiene.
-Aun se la nota muy asustada, supongo que tendremos que buscarla mañana y darle un poco tiempo. Quisiera poder hablar un poco con ella, aunque sea para conocerla- Dijo Gina agarrándose su sombrero mientras salio por debajo de juego.
-Claro que podemos hacerlo, aunque ahora tenemos que correr querida. El timbre ya sonó hace un tiempo y nuestra clase esta lejos. 

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