Es una cita p.4 final

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 Bienvenidos Todos de nuevo;
  He estado pensado cambiar el formato de estas pequeñas entradas personales, tal vez separarlas de la historia, tal vez cambiarlas, eso lo veré pronto.
Por lo pronto mi vida esta mucha mas tranquila y se puede decir mas feliz. Mi tiempo es mas amplio y en consecuencia he vuelto a jugar que es una gran parte de mi vida. Al principio el blog consumía todo ese tiempo ahora que agarre ritmo se me hace mas fácil.
Seguiré con las actualizaciones y la siguiente entrada sera psicológica ademas de oscura. Con la historia acabo este capitulo y la historia ya va tomando forma, me encanto escribirla. 

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Con eso la sexta fase acabo, al igual que la tarde que iba oscureciendo. Andres se dirigía automáticamente hacia la entrada de la playa, Gina lo siguió de cerca sin decir mucho. Él había mencionado que le encantaba el Sol y el mar, la sensación de estar cerca del agua, de tanta agua, y el ritmo tranquilizante de las olas. También le gustaban las lluvias en verano y ese mar en invierno que casi cantaba una canción.

Los dos caminaron gran parte del camino sin intercambiar palabras. En ese día aun había luz y parecía que ellos iban a aprovechar lo más posible cada segundo de ella. Gina nunca se había sentido más cercana a él, más aun después de la tarde increíble que habían tenido y de haber conseguido el símbolo indicado para ellos.

Tal vez, solo tal vez se acercaba el momento que ella siempre había querido tener, su primer beso. Ella ya sentía la presión por tenerlo, con el cambio de direcciones constantes nunca se había podido intimidar lo suficiente para tener su chico con el cual se sintiera en confianza.  

Él la tomo de las dos manos y se acerco lentamente. La miro por un segundo antes de preguntarle si estaba lista. Ella con un simple movimiento de cabeza se lo confirmo. El la beso lentamente, con delicadeza y mucho cariño. En ese momento exacto en el cielo se ilumino la primera estrella, detalle que ella recordaría. Hubo el momento de silencio  casi absoluto cuando acabo, además de esa paz que lo acompaña junto a las olas.

-He muerto, he muerto de felicidad por dentro.-dijo el

Gina lo tomo de la mano y por esta vez fue ella quien lo condujo fuera de la playa hacia el camino asfaltado al borde de mar en un paso elevado. Llegando lo abrazo y se quedo así por segundos incontables.  Él tenia una sonrisa que se volvía a dibujar a cada momento al verla a ella con esa sonrisa magnifica y única de ella. Una felicidad que se vería más a menudo ahora que ella lo tenía él.